Parte III
El descubrimiento de mindfulness por el mundo psi.
Mindfulness en psicoterapia
Una definición básica de mindfulness será la de «conciencia en cada momento».
Cuando se traslada al ámbito psicoterapéutico, su definición se amplía para incluir la dimensión del no enjuiciamiento, en la definición de Jon Kabat-Zinn de mindfulness: «la conciencia que surge al prestar atención a propósito, en el momento presente, y sin juzgar el desarrollo de la experiencia momento a momento».
La dimensión de no juzgar cuando nos enfrentamos a una dificultad física o emocional nos permite vivir la experiencia más cerca de lo que es exactamente.
La aceptación es otro de los objetivos de la atención plena que surge casi por extensión del no juicio y aporta a la atención plena una dimensión de consuelo («amabilidad o cordialidad»).
Desde la perspectiva de mindfulness, la aceptación se refiere a la voluntad o disposición consciente de aceptar lo que ocurre momento a momento, tomando conciencia de ello y aceptándolo tanto si produce placer como dolor.
La aceptación no fomenta los comportamientos inadaptados.
De hecho, la aceptación precede al cambio.
La dimensión del no juicio y, por extensión, de la aceptación -incluida en la actitud previa con la que se experimenta actual y conscientemente la experiencia problemática- permite no sólo la exposición a la situación problemática, sino también el desmantelamiento del eventual condicionamiento aversivo y la sustitución de las emociones aversivas por la dimensión de la aceptación.
Por ejemplo, en los Trastornos de Ansiedad, a veces hay años de aprendizaje en la evitación del estímulo ansiógeno y la sola perspectiva de confrontación con el estímulo ansiógeno desencadena una experiencia ansiógena.
Se anima al cliente a establecer una relación diferente y de aceptación con la ansiedad, a intentar experimentarla con curiosidad y aceptación, sabiendo que es una emoción defensiva destinada a salvaguardarle de una determinada experiencia dolorosa.
Se enseña al cliente a considerar la ansiedad como una emoción «amistosa» y protectora que ha perdido proporción en su intensidad y momento.
Pero más que una reestructuración cognitiva complicada, lo importante es enseñar al cliente a experimentar la ansiedad con curiosidad, sin juzgarla y con una actitud de aceptación de la emoción y de sí mismo.
Más que una simple exposición, es una exposición con un tinte experiencial de intensa aceptación y una actitud de autocuidado: «Cuando llegue la ansiedad, y si no es demasiado intensa, date cuenta de que ha llegado una emoción que está destinada a protegerte. De hecho, nunca quise otra cosa, pero esta amiga tuya «ansiedad» ha perdido la noción de cuándo debe aparecer y cómo. Así, aparece en los momentos más inesperados y siempre grita. Cuando ella llegue y aún se acerque suavemente, intenta escucharla, intenta percibirla. Siempre viene a protegerte, a ayudarte. No le tengas miedo. Intenta comprenderlo, aunque te resulte difícil. Cuando llegue, abrázala y quédate un rato con ella. Aprende a conocerla.
Si acabas teniendo un ataque de pánico, no culpes a la ansiedad, no te culpes a ti mismo.
No añadas una emoción negativa a otra.
Estás empezando a aprender una nueva relación con tu ansiedad, y eso implica dejar de evitarla.
Esto implica aceptarlo. Y por aceptarte a ti mismo».
Éste es sólo un ejemplo de la aplicación de mindfulness en la terapia cognitiva, pero mindfulness puede formar parte de cualquier orientación psicoterapéutica.
Parte IV
El descubrimiento de mindfulness por el mundo psi.
Consideraciones finales
Así pues, mindfulness puede considerarse una herramienta a disposición de cualquier orientación psicoterapéutica.
Pero en el sentido más puro, la atención plena es un objetivo a alcanzar, no un medio para un fin.
En el sentido último, mindfulness es cualquier cosa menos terapia, ya que la terapia trata la mente con el objetivo de adaptarla, como instrumento, a su portador -adaptando la mente para que éste pueda, con el entrenamiento adecuado -psicoterapia-, hacer de ella un instrumento valioso y adecuado para que su experiencia del mundo y de sí mismo ocurra sin sufrimiento innecesario o, si hay sufrimiento, haya adquirido las competencias psicológicas para experimentarlo adaptativamente.
En el sentido budista, la atención plena es un instrumento de desidentificación con todas y cada una de las experiencias, internas o externas.
Así, la meditación budista -centrada en la atención plena- sirve para el descubrimiento de uno mismo y para superar la identificación de las experiencias del Ser con el mundo externo o interno, pues es mientras el Ser vive convencido de la realidad y sustancia de su ego, identificado y engañado -es en esta ignorancia de sí mismo- donde reside todo sufrimiento.
Un día, un Maestro Zen fue de visita al monasterio de otro Maestro Zen.
Llovía copiosamente y tras llegar al Monasterio fue recibido por su tocayo con esta pregunta:
«- ¿Cuando llegaste al Monasterio llovía mucho?»
«-Sí, llovió mucho.»
«-¿Empacaste tus sandalias y paraguas cuando llegaste?»
«-Sí, lo hice.»
«-¿Y empacaste tu paraguas en el lado izquierdo o derecho de tus sandalias?»
El Maestro que acababa de llegar no supo responder y se cuenta que se quedó otros diez años aprendiendo del Maestro que le había acogido y le había hecho aquella desconcertante pregunta.
Se trata de un koan zen que escuché por primera vez en una clase de meditación en la Unión Budista y la interpretación que se me ocurrió es lo poco que habitamos en el Aquí y Ahora, lo mucho que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo de vigilia con una conciencia limitada de nuestro vivir en el presente.
A menudo me oigo decir (y me oigo decir): «El tiempo vuela». «Ayer mismo hice (esto o aquello que ocurrió hace 20 años)»; «Parece que fue ayer (hace 10 o 20 años) cuando ocurrió aquello».
Si es cierto que la experiencia del tiempo es tremendamente relativa, también lo es que la sensación de «desperdicio» es tanto más significativa cuando tomamos conciencia de que vivimos nuestra vida lejos del Aquí y Ahora, porque cuanto más lejos del Aquí y Ahora, menos intensa y habitada es la experiencia humana.
Por otra parte, cuando se vive con intensidad una determinada experiencia, también puede darse esta noción de ausencia de experiencia temporal. Si estamos absortos en un determinado espectáculo y vivimos intensamente todas las incidencias del mismo, a veces tenemos la percepción de que el tiempo «ha pasado en un santiamén».
¿Qué pasaría si estuviéramos dispuestos a aprender a vivir intensamente la mayor parte de nuestras vidas? ¿Habitar conscientemente cada pequeño momento? ¿Vivir cada segundo con el afán de quien morirá mañana?
¿Sería nuestra historia la misma?
¿Qué estaríamos dispuestos a escribir?
El descubrimiento de mindfulness por el mundo psi.
Actualización
Hoy, mientras ojeaba los diversos artículos de Medscape sobre mindfulness, me he dado cuenta de que la eficacia de la práctica de mindfulness en patologías tanto depresivas como ansiosas está ya bastante clara, y que ha demostrado ser eficaz no sólo en adultos sino también en niños (*).
Los estudios de eficacia aún deben ampliarse a otros trastornos afectivos (Trastorno Bipolar, por ejemplo) y no afectivos (Psicosis Esquizofrénica, Trastorno Delirante, por ejemplo) y no me sorprendería que mostrara importantes beneficios también en estos trastornos.
Es natural preguntarse cuál es el mecanismo de eficacia de Mindfulness, pero la respuesta sólo puede ser sencilla en una práctica cuyo fundamento es también supremamente simple y sólo uno: ser consciente y estar despierto en el momento presente.
No hay otros propósitos y no se puede romper un fundamento tan simple como éste.
Es probable que por esta misma razón resulte transversalmente eficaz en todas las patologías y edades.
De hecho, Mindfulness no trata específicamente ninguna patología porque
no es un tratamiento.
Mindfulness profundiza en la autoconciencia, en el encuentro con uno mismo, con el Yo más profundo, con el remanso más oculto que todo ser humano lleva dentro.
Este encuentro con el «yo» es un encuentro que tiene lugar en el silencio de la mente y que trasciende el ruido habitual producido por el ego en la perpetua manifestación de sus interminables dramas, sus incesantes victorias y sus muchas derrotas.
El misterio que persiste es el siguiente: ¿cómo puede tener la práctica de la atención plena en el momento presente efectos tan drásticos sobre la depresión y la ansiedad?
Porque de hecho, Mindfulness no consiste en el trabajo consciente sobre creencias disfuncionales, respuestas emocionales desajustadas, reeducación del hipercontrol, reconstrucción de la autoestima, adquisición de habilidades para relaciones objetales más saludables, adquisición de nuevos estilos relacionales más adaptados, entre otros objetivos específicos de la psicoterapia.
No. Nada de eso.
Debemos preguntarnos de dónde viene esta Paz que trasciende todos los conflictos y resuelve imperceptiblemente la inquietud humana.
No me sorprendería que nunca llegáramos a ninguna respuesta.
Porque estamos ante un paradigma fenomenológico que ni siquiera puede clasificarse como fenómeno psicológico.
De hecho, la conciencia es el escenario de toda manifestación psicológica humana, es el telón de fondo de todos los autores de la vida psicológica humana, es el sustrato vivo donde se desarrolla toda experiencia consciente de los fenómenos.
La atención plena no se centra en los fenómenos, sino sólo en profundizar en la conciencia.
Y la conciencia es la única experiencia permanente e imperecedera del Ser.
Todo lo demás -pensamientos, emociones y sus derivados más complejos, como creencias, patrones de respuesta emocional, estilos relacionales, entre otros- son siempre expresiones efímeras, más cortas o más largas, pero siempre efímeras y (eventualmente) cambiables a través del trabajo consciente sobre la valencia manifestada que se pretende modificar.
Después de 2600 años de presencia de Mindfulness en la humanidad – y puede que incluso sea anterior a Buda – descubrimos que este método de profundización espiritual de la Conciencia es misteriosamente eficaz.
Por primera vez existe un método que procede de una disciplina espiritual milenaria, que es eficaz para aliviar el sufrimiento humano y que no se centra en la modificación y el reencuadre de las experiencias psicológicas, sino en la simple profundización de la experiencia consciente.
Probablemente nunca se resuelva este misterio.
Porque los misterios, como la fenomenología psicológica, pertenecen al reino de la mente, y Mindfulness pertenece al reino del Ser.
(*) – Artículos de Medscape sobre Mindfulness
- Mindfulness CBT tan eficaz como los antidepresivos para prevenir la recaída en la depresión – Deborah Brauser – 09 dic 2010
- Efectos ansiolíticos de la meditación visibles en imágenes cerebrales – Nancy A. Melville – 14-jun-2013
- Mindfulness CBT tan eficaz como los antidepresivos para prevenir la recaída en la depresión – Deborah Brauser – 09 dic 2010
- El entrenamiento en mindfulness reduce la depresión y el estrés en los niños – Deborah Brauser – 25 jun 2013
Faça uma pergunta ao autor.
Dr. Joao Parente
-
Dr. Joao Parentehttps://psiworks.pt/es/author/joao-parente/